Nuestros compañeros del hospital tienen que decidir sobre opciones terapéuticas en ausencia de ensayos clínicos rigurosos y establecer el pronóstico de los pacientes sin reglas de predicción clínica suficientemente validadas
En atención primaria las decisiones son otras. Debemos realizar el seguimiento de pacientes con clínica respiratoria sospechosa de COVID 19 sin disponer hasta ahora de pruebas diagnósticas microbiológica para los casos iniciales leves que son la mayoría en esta pandemia.
La revisión de la literatura publicada hasta el momento nos dice que sólo por la clínica y la exploración no es posible diferenciar con seguridad la infección COVID 19 de cualquier otro proceso, sobre todo vírico, que debute con tos y fiebre.
Nos encontramos con una población con sospecha clínica en seguimiento la mayoría de las veces telefónico sabiendo que es probable que gran parte de ella no esté infectada por COVID 19 y que entre ella habrá casos con procesos infecciosos no COVID 19 que no estamos diagnosticando
En este momento de la epidemia 10 de abril las indicaciones para solicitud de pruebas microbiológicas se amplia a otros grupos poblacionales y ya están disponibles pruebas basadas en la detección de inmunoglobulinas (IgM,IgA e IgG) que pueden realizarse ala cabecera del enfermo (Point o Care Test). En muchas CCAA tanto la PCR cómo las pruebas basadas en IG son accesibles a la AP o lo serán pronto
Su uso por parte de los médicos de familia y teniendo en cuenta el contexto epidemiológico y las características de cada paciente permiten aumentar la eficiencia del sistema sanitario en la gestión de la epidemia
En la presentación el grupo MBE de Osatzen ha realizado una revisión de las pruebas disponibles hasta ahora mostrando las ventajas y limitaciones de cada una de ellas